Préstamo a la Porteña
Como siempre Raúl se despertó mirando a la bahía, se duchó y se colocó su ropa que tenía reservada para los domingos, comió como todos los días su pan tostado al desayuno.
Amalia por otro lado, colocó el despertador porque sabía de su pesado sueño, ella en cambió no se ducho y agarró a ultima manzana que le quedaba, para poder aguantar el largo día que se le avecinaba.
Él tomó su bastón y se dedicó a bajar su cerro querido, mientras saluda a los vecinos y camina piensa en que gasto extra gastaría su jubilación, él observaba a los niños y se recordaba su infancia.
Ella sale corriendo de su pensión, porque ya debe más de 5 meses de arriendo, mientras corría y pensaba en alguna solución, se tropezó con un niño y luego de rodar por las escaleras, lo miró y le dijo:¡Cabro aweo....., que me hiciste tropezar, ni siquiera mi taita me sacaba la chu......, como me la hiciste sacar tú!. El niño observándola atentamente le dijo: ¡ y vo vieja weo...., estay ciega que no sabí mirar por donde caminai.....aprende a usar las patas¡¡¡.
Cuando el dobla para la plaza victoria, se sienta a contemplar a su querido viejo puerto, y hace un pequeño análisis, observa las micros y se acuerda de lo bien que lo pasaba andando con sus amigos en los carros de sangre. Mientras contempla lo anterior, se queda dormido en su banco regalón de la plaza. Ya al despertar se da cuenta que ha pasado más de una hora, y cuando se levantaba para volver a su hogar, ve que en la esquina se acerca una mujer toda destartalada, que sin ninguna vergüenza atraviesa sin discreción todo el trafico, aunque le gritan cosas ella sigue como si nadie le dijera nada. El la ve, y se acerca ya que se veía bastante nerviosa y alterada al caminar, cuando con su paso ya juzgado por el tiempo la alcanza, le dice: Señorita que le pasa que anda tan alterada, quédese tranquila, que si sigue así le va a dar un soponcio. Ella lo mira y le dice:¡ Y vo viejo que te metí, como ande por la calle es asunto mío no ma!. Aunque ella le contesta eso, él sigue firme, se le acerca y le invita a tomarse un helado, cuando ella ya se calma y le cuenta todos su problemas, a él se le vino una idea a la cabeza blanca y le dijo:
Le tengo la solución a sus problemas, yo le doy la plata, para que pueda salir de estos. Ella lo observa y le dice: ¡ queri algo a cambio viejo verde!. El se queda estupefacto al principio, pero luego la mira y se pone a reír, ella hace lo mismo, y entre risas acepta la proposición del abuelo, él le pasa la plata, pero a ella se le ocurre que es mejor, salir arrancando con la plata, para poner más acción a esa tarde, así todos pensarán que ella le robo al pobre anciano, el acepta y empieza a gritar antes que ella empezara a correr, justo en una esquina estaban los carabineros, y al oír los gritos desesperados del hombre, tomaron sus motos y salieron detrás de la mujer, ella por más que sacó fuerza para correr, la atraparon y se la llevaron detenida, el se puso a reír y en su pensamiento dijo: ¡yo todo viejo y aun sigo haciendo tonta a la gente!.....¡seguro que le iba regalar la plata!...........¡mish lo que quería!.
Mientras ella estaba desolada en la comisaría, se le acerca un carabinero y le dice: usted ha sido victima del préstamo a la porteña.
Amalia por otro lado, colocó el despertador porque sabía de su pesado sueño, ella en cambió no se ducho y agarró a ultima manzana que le quedaba, para poder aguantar el largo día que se le avecinaba.
Él tomó su bastón y se dedicó a bajar su cerro querido, mientras saluda a los vecinos y camina piensa en que gasto extra gastaría su jubilación, él observaba a los niños y se recordaba su infancia.
Ella sale corriendo de su pensión, porque ya debe más de 5 meses de arriendo, mientras corría y pensaba en alguna solución, se tropezó con un niño y luego de rodar por las escaleras, lo miró y le dijo:¡Cabro aweo....., que me hiciste tropezar, ni siquiera mi taita me sacaba la chu......, como me la hiciste sacar tú!. El niño observándola atentamente le dijo: ¡ y vo vieja weo...., estay ciega que no sabí mirar por donde caminai.....aprende a usar las patas¡¡¡.
Cuando el dobla para la plaza victoria, se sienta a contemplar a su querido viejo puerto, y hace un pequeño análisis, observa las micros y se acuerda de lo bien que lo pasaba andando con sus amigos en los carros de sangre. Mientras contempla lo anterior, se queda dormido en su banco regalón de la plaza. Ya al despertar se da cuenta que ha pasado más de una hora, y cuando se levantaba para volver a su hogar, ve que en la esquina se acerca una mujer toda destartalada, que sin ninguna vergüenza atraviesa sin discreción todo el trafico, aunque le gritan cosas ella sigue como si nadie le dijera nada. El la ve, y se acerca ya que se veía bastante nerviosa y alterada al caminar, cuando con su paso ya juzgado por el tiempo la alcanza, le dice: Señorita que le pasa que anda tan alterada, quédese tranquila, que si sigue así le va a dar un soponcio. Ella lo mira y le dice:¡ Y vo viejo que te metí, como ande por la calle es asunto mío no ma!. Aunque ella le contesta eso, él sigue firme, se le acerca y le invita a tomarse un helado, cuando ella ya se calma y le cuenta todos su problemas, a él se le vino una idea a la cabeza blanca y le dijo:
Le tengo la solución a sus problemas, yo le doy la plata, para que pueda salir de estos. Ella lo observa y le dice: ¡ queri algo a cambio viejo verde!. El se queda estupefacto al principio, pero luego la mira y se pone a reír, ella hace lo mismo, y entre risas acepta la proposición del abuelo, él le pasa la plata, pero a ella se le ocurre que es mejor, salir arrancando con la plata, para poner más acción a esa tarde, así todos pensarán que ella le robo al pobre anciano, el acepta y empieza a gritar antes que ella empezara a correr, justo en una esquina estaban los carabineros, y al oír los gritos desesperados del hombre, tomaron sus motos y salieron detrás de la mujer, ella por más que sacó fuerza para correr, la atraparon y se la llevaron detenida, el se puso a reír y en su pensamiento dijo: ¡yo todo viejo y aun sigo haciendo tonta a la gente!.....¡seguro que le iba regalar la plata!...........¡mish lo que quería!.
Mientras ella estaba desolada en la comisaría, se le acerca un carabinero y le dice: usted ha sido victima del préstamo a la porteña.