Batalla en el patio.
Fernando y sus hermanos estaban en su casa solos como siempre, esperando que su papá llegara de la mina. Ellos pasaban la mayor parte del tiempo juntos, Fernando era el mayor y su padre le encomendó el cuidado de sus pequeños hermanos, la figura materna estaba ausente, ya que ella tenía una enfermedad y pasaba internada en el Hospital del pequeño pueblo.
Ese día todo estaba normal: se levantaron temprano, se bañaron, cocinaron e hicieron el aseo de cada mañana. Cuando el sol ya se empezaba a despedir del valle porque sé hacia tarde, la pequeña Isabel pudo observar en una parte del cerro que se formaban pequeñas siluetas, ella asustada llamó a su Fernando y le dijo: ¡ Fernando¡...... ¡Fernando! ¡Vienen los duendes¡¡¡¡. Él, atónito recordó de inmediato las leyendas que escuchó desde su infancia. Preparó a sus hermanos como un ejercito que libraría una feroz batalla contra el peor de los enemigos. Todos juntos se reunieron, pero desgraciadamente otra de las hermanas no alcanzó a entrar al hogar, quedando atrás y fue violentamente tomada por los duendes, que se la querían llevar para el cerro, cuando ocurría este ultimo hecho, Fernando se recordó que decían que el fuego era temido ampliamente por todo ser extraño del cerro, así que con ayuda de sus hermanos hombres fueron a buscar la leña que tenían guardada para el invierno en el pequeño cuarto de madera, así prendieron una fogata en medio de la casa, y como el piso era de tierra no había peligro alguno. Al ver los duendes tremenda llamarada, salieron arrancando y como la pequeña le ponía muchos obstáculos la dejaron botada, al ver los niños tal situación corrieron al encuentro, se abrazaron todos, y entraron otra vez a la casa, cuando creían que todo había acabado felizmente, sintieron un grito, todos corrieron y se pudieron dar cuenta que era su padre que regresaba de la mina. Al ver el espectáculo de sus hijos los reprendió fuertemente castigándolos por mucho tiempo, ellos no podían hacer nada porque nadie les creería la aventura que pasaron, así todos llegaron a un acuerdo de que el secreto sería guardado por los seis hermanos, así tuvieron que olvidarse de la aventura, y tener que aguantar el castigo de su padre, con ello al final pensaron sobre el castigo impuesto y se preguntaron, ¿que era peor?: ¿el ataque de los duendes? O ¿el castigo del padre?.
Ese día todo estaba normal: se levantaron temprano, se bañaron, cocinaron e hicieron el aseo de cada mañana. Cuando el sol ya se empezaba a despedir del valle porque sé hacia tarde, la pequeña Isabel pudo observar en una parte del cerro que se formaban pequeñas siluetas, ella asustada llamó a su Fernando y le dijo: ¡ Fernando¡...... ¡Fernando! ¡Vienen los duendes¡¡¡¡. Él, atónito recordó de inmediato las leyendas que escuchó desde su infancia. Preparó a sus hermanos como un ejercito que libraría una feroz batalla contra el peor de los enemigos. Todos juntos se reunieron, pero desgraciadamente otra de las hermanas no alcanzó a entrar al hogar, quedando atrás y fue violentamente tomada por los duendes, que se la querían llevar para el cerro, cuando ocurría este ultimo hecho, Fernando se recordó que decían que el fuego era temido ampliamente por todo ser extraño del cerro, así que con ayuda de sus hermanos hombres fueron a buscar la leña que tenían guardada para el invierno en el pequeño cuarto de madera, así prendieron una fogata en medio de la casa, y como el piso era de tierra no había peligro alguno. Al ver los duendes tremenda llamarada, salieron arrancando y como la pequeña le ponía muchos obstáculos la dejaron botada, al ver los niños tal situación corrieron al encuentro, se abrazaron todos, y entraron otra vez a la casa, cuando creían que todo había acabado felizmente, sintieron un grito, todos corrieron y se pudieron dar cuenta que era su padre que regresaba de la mina. Al ver el espectáculo de sus hijos los reprendió fuertemente castigándolos por mucho tiempo, ellos no podían hacer nada porque nadie les creería la aventura que pasaron, así todos llegaron a un acuerdo de que el secreto sería guardado por los seis hermanos, así tuvieron que olvidarse de la aventura, y tener que aguantar el castigo de su padre, con ello al final pensaron sobre el castigo impuesto y se preguntaron, ¿que era peor?: ¿el ataque de los duendes? O ¿el castigo del padre?.
2 Comments:
eeeee... por fin... otro tipo de textos...
recuerdo ese cuento fantastico..
yapo.. recien me llamaste y dijiste ke adios adios corazon....
weno.. despues hablamos mejor.. lo ke es yo...
weno... te voy a mandar un m ail....
se despide el joven de cara inocente y fresca..
isMael..
hola lela, te postie jajAJA SIEMPRE DICES K NO LO HAGO.... TA WENO EL TEXTO! DALE SIGUE PUBLICANDO!
ADIOS TRETA
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